domingo, 16 de diciembre de 2018

DIA 4: EMPIRE STATE BUILDING, CHELSEA, GREENWICH VILLAGE, CHINATOWN, LITTLE ITALY





       Hoy quería un día algo más tranquilo porque ya el cansancio de todos los demás días se empezaba a notar. De todas formas, sin ayuda de despertadores, a las 7 de la mañana ya estábamos saliendo del hotel, duchadas y listas para empezar al día. El metro nos dejó en la 34 St. Justo al lado del Empire State, buscamos un Starbucks para nuestro café de la mañana (no hay nada más fácil que buscar un Starbucks en Nueva York) y tras el desayuno, ya estábamos listas para subir a la cima del mundo.


Itinerario Día 4

       A esa hora, no había casi nadie, aunque me imagino que las colas pueden llegar a ser larguísimas (por las cintas de separación que hay) Escaneamos nuestras entradas directamente desde el móvil, ningún problema, y pasamos el control de seguridad, tipo aeropuerto. Tengo que comentar, que el personal del Empire State era de lo más amable ¡Me sorprendió mucho!

       El ascensor nos llevó a la cima en un momento (mientras nos contaba la historia de la construcción del edificio ¡Muy interesante!) La primera planta donde llegas es interior y hay como una exhibición sobre el edificio y su construcción (y su importancia en la historia y las películas, incluido King Kong) Luego subes en un nuevo ascensor hasta el observatorio. Este es circular, y lo vas recorriendo para mirar desde cada ángulo la ciudad. Puedes llevarte el tiempo que quieras, y dar las vueltas que quieras.



       Como era temprano, estaba tranquilo, pero no es demasiado amplio, creo que puede ser algo agobiante si hubiera mucha gente. Otro comentario positivo es que los prismáticos que hay se pueden usar de forma gratuita (no son como los que hay en muchos otros sitios que hay que pagar monedas para poder usarlos) así que nos llevamos un buen rato mirando por unos y otros y descubriendo los rincones de Nueva York desde el aire.






       Salimos después de disfrutar de las vistas, no sin antes pasarnos por la tienda de regalos, con cientos de peluches de gorilas muy monos (¡pero demasiado caros!) Con tranquilidad, fuimos caminando por Koreatown hasta llegar al edificio Flatiron, con su forma tan extraña llama mucho la atención, ¡Es lo que yo llamo saber aprovechar bien el espacio!



       Desde allí, otro paseo hasta Union Square. Me encanta que en Nueva York haya tantos parques entre los edificios, son como zonas de descanso y tranquilidad entre todo el cemento, el tráfico, y las prisas que hay fuera. No sé si fue porque era sábado, o es una cosa que se hace todos los días, pero había un mercado allí montado, con alimentos orgánicos y ecológicos, por lo que pude leer en los carteles. Había mucha gente de allí comprando y bastante ambiente. Nosotras aprovechamos para entrar en el Wholefood market (que me encanta esta tienda) para comprar algo de agua – es donde la encontramos más barata – y unos donuts que tenían muy buen pinta ¿Alguien dijo segundo desayuno? Por cierto, los donuts americanos son bastante diferentes a los europeos, al menos a mí me saben diferentes, estos son más como masa de pan dulce, no están mal, pero prefiero los de aquí.



       Seguimos bajando por Broadway, en el camino paramos en varias tiendas y nos tomamos un segundo café (hoy tocaba día tranquilo y de compras) y al fin llegamos a Washington Square, un nuevo parque famoso por su Arco de Triunfo, al más puro estilo de París. En el parque había mucho ambiente, alguna marcha o manifestación, aunque no pude enterarme sobre qué, y una banda de jazz tocando, se veía que era fin de semana y la gente salía de paseo.



      Para almorzar, nos acercamos al Five Guys que era otra de las hamburguesas que tenía ganas de probar, aunque ya las conocía de aquí y de Londres, pero quería comprobar que estaban igual de ricas en todos lados, ¡Y sí que lo están! Mucha gente dice que Shake Shack son las mejores, pero para mí las mejores son las de Five Guys, aunque claro ¡Esto es algo tan personal!

      Por la tarde, paseamos por la zona de Greenwich Village, ¡Qué diferencia con los rascacielos de hace un rato! Esta zona, también vista en muchas películas, de casas bajas, portales con escaleras y pequeñas calles con árboles, tiene mucho encanto para dar un buen paseo, no me importaría perderme por ahí. Como habíamos hecho varias compras, y el hotel ya quedaba cerca, decidimos soltar las bolsas y descansar un rato.



       Nuestro plan para la tarde era pasear por Chinatown y Little Italy, y como el hotel estaba en pleno centro, fue básicamente dar un paseo por el barrio. Por cierto que cerca también estaba el edificio de los cazafantasmas ¡Y eso era visita obligada! (Who you gonna call?) Es increíble cómo te transporta a otro lugar, aunque si no te gusta mucho la cultura china, puede resultar algo chocante y desagradable. Nos acercamos al templo budista Mahayana, es muy bonito con los colores brillantes, rojos y dorados, que lo caracterizan. Sacamos una tarjeta para ver nuestra suerte, pero el mensaje era bastante críptico, aun reflexionando sobre el significado.






       Little Italy es bastante más pequeño, dicen que Chinatown se lo está “comiendo” pero es bonito de ver, con las fachadas de los edificios de colores. Se ve que es más una atracción turística que otra cosa (Chinatown se ve turística, pero también un lugar donde vive gente de China y tiene su cultura y costumbres allí) Cenamos unos canolis en una cafetería tradicional – ¡La hamburguesa de la tarde aún nos tenía llenas! – y después de algunas compras más, volvimos a descansar al hotel.


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