VIAJE A ITALIA (II): MARAVILLAS DE FLORENCIA

           

               Después de un viaje en tren de solo tres horas, llegamos a Florencia desde Turín. La estación principal, Santa Maria Novella, se encuentra en el centro de la ciudad lo que convierte a Florencia en un lugar perfecto para visitar en un día. 




               Nosotros, sin embargo, decidimos buscarnos un hotel cerca de la estación y disfrutar algo más de esta maravillosa ciudad. Por cierto, los hoteles son carísimos y decepcionantes, me temo.

                Nuestro viaje empezó con una visita a la Galería degli Uffizi, ya que llevábamos tickets comprados con antelación para una hora específica. Las entradas cuestan 8€ si las compras allí, pero son 12€ por comprarlas por adelantado, no tiene mucho sentido, ¿verdad? Las colas para comprar las entradas pueden llegar a ser tan largas que puedes estar esperando horas para entrar, tienes que decidir si tu tiempo es más valioso que esos 4€ de diferencia. De todas formas, cola siempre hay, ya que online compras los billetes, pero tienes que ir a buscarlos (y haces cola) y una vez los tienes, tienes que esperar para pasar por un control de seguridad (y otra vez a hacer cola) pero es verdad que por suerte no son lentas.

                Una vez dentro, arte y arte por todos lados. Entre los cuadros más destacados se encuentran los de Botticelli, Primavera y El Nacimiento de Venus, y también cuadros de Leonardo da Vinci, Caravaggio, Miguel Ángel y Rafael. El lugar es precioso, tiene forma de U y son dos plantas en total. No lo encuentro preparado para acoger a ese gran número de turistas, y en ocasiones te encuentras chocándote e interponiéndote en el paso de muchos, por no hablar de los grupos con guía… Además hubo cuadros ausentes que se encontraban en otros museos o exposiciones, o en restauración. En fin, que he disfrutado del museo, pero ha habido otros que me han gustado mucho más.

                Después del museo, salimos a pasear por la ciudad. Florencia es hermosa mires donde mires, y todo el centro puede pasearse a pie sin problemas. Por supuesto paramos en la Piazza della Signoria, justo en la entrada de la Galeria Uffizi. En esta plaza se encuentra el Palazzo Vecchio, ayuntamiento de la ciudad y también museo, pero si por algo es famosa la plaza es por ser el lugar de un museo de estatuas al aire libre, la Loggia dei Lanzi, entre ellas el Rapto de las Sabinas o Perseo.  Además en la plaza encontramos otras estatuas como la reproducción a tamaño real del David de Miguel Ángel (ya que no fuimos a la Galeria de la Accademia, estuvo bien verlo aquí) y también la Fontana di Nettuno, al parecer una fuente bastante odiada ya que la consideran fea (mármol malgastado, para ser exactos).

                Callejeando un poco (en Florencia todo está cerca) y mientras disfrutábamos de esos maravillosos helados de Venchi, llegamos a la Piazza del Duomo, donde se encuentra el conjunto catedralicio y símbolo de Florencia: la catedral con su imponente cúpula de teja roja, el campanile o campanario y el battistero, con las doradas Puertas del Paraíso. Pasamos un buen rato admirando la fachada de mármol blanco, verde y rosa de las imponentes construcciones mientras escuchábamos las audioguías y nos empapábamos en la historia florentina. La catedral puede visitarse por dentro, entrada gratuita, pero no merece demasiado la pena, al menos si lo comparamos con el exterior. También puede subirse al campanille y visitar el battistero por dentro, pero en esta ocasión decidimos que ya habíamos visto bastante, así que no puedo dar más información. 

             Espero que la información de esta segunda entrega sobre Italia sea útil, en los próximos días añadiré las dos últimas partes, que ha sido un viaje corto, pero acabo enrollándome como las persianas.

¿Has estado en Florencia? ¿Qué es lo que más te ha gustado de esta ciudad tan bonita?